Quizás no le damos la importancia que se merece pero lo cierto es que la fachada de nuestro edificio es lo primero que se ve. De hecho, forma parte de la carta de presentación de nuestro hogar o negocio. Aunque su limpieza no es tarea sencilla y requiere de profesionales con experiencia en la limpieza
La decisión de una limpieza de fachada depende de todos los propietarios del inmueble. Un buen aspecto, dará una mejor imagen de nosotros.
Los edificios en las grandes ciudades están expuestos al tráfico rodado, a las inclemencias meteorológicas y a factores externos como la pintada de grafitis que afean su aspecto día a día. ¿Cómo devolverle su esplendor?
Hay materiales que resultan más fáciles de limpiar que otros y que, por sus características, requieren del uso de productos específicos para no dañarlos o evitar que empeore el estado en el que se encuentra el frente del inmueble. Por este motivo, no es ninguna tontería que contrates los servicios de una de las empresas especializa como Steamgenie. Dada su experiencia y el equipo del que disponen podrán realizar un trabajo acorde a la necesidad de cada edificio.
Entre los diferentes métodos de limpieza, la hidrolimpieza a presión es uno de los más utilizados, sobre todo en fachadas de ladrillos, cemento u hormigón.
Lo ideal es que el sistema empleado no sea agresivo y no disuelva la suciedad, sino que ayude a reblandecerla para que después se desprenda más fácilmente.
Lo que está claro es que si un edificio no recibe los cuidados básicos sufrirá un deterioro rápido. Nuestros operarios efectúan este tipo de tareas relacionadas con el saneamiento de fachadas con la máxima fiabilidad y profesionalidad. El asesoramiento de un equipo cualificado evitará que nos llevemos disgustos a última hora.
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